domingo, 2 de mayo de 2010

Ruta cinco norte




*¿Que es el tiempo?*



Ruta Cinco Norte


Rajamos el desierto. Avanzamos por la ruta 5 norte con destino a Antofagasta. Al lado mío, va manejando Osvaldo. Tiene un brazo aferrado al volante y el otro sosteniendo un durazno que va comiendo a grandes mascadas. Es de noche.

Desde la radio, suena, The Doors, la versión completa y no comercializada de la canción “The end”. Miro para afuera por la ventana y veo dunas de arena fina y luminosas estrellas en el techo del mundo.

“This is the end”

Hace poco rato atrás dejamos a las chicas en Chañaral. Iban a Pan de Azúcar. Eran dos. La Francis y su guapa hermana. Gracias a ellas, ahora voy sentado en este confortable asiento.
Las conocí en Caldera, vi a dos chicas haciendo dedo, estaban en la misma situación que yo y mi instinto animal de cazador me hizo acercarme. Pensé que podría resultar una agradable experiencia viajar con ellas. Me imagine un Bar, muchas cervezas, música fuerte y sexo desenfrenado con ambas. Una era bien gordita, pero me importaba un carajo. La libido puede con todo.

“I'll never look into your eyes...again”

Doblamos una curva pronunciada, mi cuerpo se carga contra la ventana, me agarro de la manilla del techo. Veo el velocímetro y vamos a 120 km por hora. Osvaldo, quiere llegar lo mas rápido posible.

-¿Hace cuanto tiempo estas viajando?-Pregunta
-Como un mes y medio o algo así…

Sorbe su nariz. Me pide que le pase el confort que se encuentra en la guantera. La abro y no hay nada, solo mapas turísticos y los papeles del auto que verifican su legalidad. Tengo un poco de hambre. Osvaldo chorrea zumo de durazno por su barbilla.

-Aquí está- dice, al encontrar el rollo de confort que estaba abajo del asiento- Sostenme un poco el volante. Lo suelta y desenrolla el papel, corta un trozo. Agarro apresuradamente el manubrio. Lo direcciono en línea recta. Veo un camión que viene en sentido contrario. Toca la bocina. Biiiiiiiiiiiip. El tímpano me retumba.

-Gracias- dice Osvaldo. Agarra el volante.

Está todo muy oscuro. El horizonte se ve difuso. Al lado de la pista hay conos que señalan un camino alternativo. Avanzamos por el. Osvaldo va inclinado, con la cabeza hacia delante, como si ese gesto fuera el descifrar de su inconsciente y de sus ansiosas ganas por llegar a casa.






Volvemos a la pista tradicional. Miro por la ventana y la luna esta placenteramente menguante. Me acuerdo de ella. De su hermosa feminidad. Aún no la olvido. Mierda.

-Me cayeron bien las chicas- dice Osvaldo.
-Si, si, eran buena onda.

Tengo un poco de frío, abro mi mochila que esta cerca de mis pies y busco un poleron. Me lo pongo y me cubro con la capucha. Miro para afuera, busco una estrella fugaz.

-La más chica tenía unos ojos hermosos- digo
-Si, aunque igual le daba a los dos cabritas, me tinca que igual querían hueveo, iñor.
-De todas maneras- respondo, riéndome.

Busco mi celular. Veo que esta arriba de la guantera. Lo cojo y lo miro. Sin señal.



“Lost in a Roman...wilderness of pain
And all the children are insane
All the children are insane”


-¿Fumas marihuana?

“Ride the King's highway, baby”

-Si, ósea, a veces.
-Agarra la mochila que esta atrás y busca en el bolsillo de adelante, ahí puede que me quede algo, cabrito.

Me inclino hacia atrás, miro y veo un montón de juguetes de niño de cuatro años. Hay un Elmo grande de felpa y unas muñecas Barbie esparcidas por el asiento. Agarro la mochila, abro el cierre del bolsillo delantero. Bip bip. Las luces de un camión iluminan toda la parte de atrás. Malditos camiones, son verdaderas maquinas asesinas. Hurgo dentro del bolsillo, palpo una billetera, un celular. Parece que no hay nada. Sigo buscando. Sumerjo mi mano en el fondo del bolsillo. Sonrío. Aquí esta. Lo cojo, es una bolsa con ricos cogollitos en el fondo.

-Están mortales, cabrito, directamente desde san pedro.

Me acomodo en el asiento de adelante, busco en mi mochila una hoja de papel de cuaderno. Saco un poco de la bolsa y lo voy moliendo arriba de la hoja. Osvaldo, disminuye la velocidad.

-Que no se te caiga nada, que es lo último que queda- dice, sonriente.


Busco unos papelillos en mi billetera. Me los compre en Caldera, con los últimos trescientos pesos que me quedaban. Saco uno, agarro un poco del papel y lo esparzo en el papelillo. Lo enrolo y queda perfecto.

-¿Tienes Fuego?
-Ahí, arriba del panel hay un encendedor, mijo.

Pongo el pito en mis labios, lo enciendo, sale un aroma familiar…


“Ride the snake, ride the snake To the lake


Doy una onda calada.

“the ancient lake, baby The snake is long, seven miles”


Retengo el humo en mi interior y lo expulso l e n t a m e n t e.


El pito se consume a medida que el fuego avanza.


Lo paso a Osvaldo, este lo coge y fuma. Al quemar, sale un elegante humo que choca contra el techo.


-Y tu flaco, ¿estay pololeando o algo por el estilo?
-No. Soltero, nunca he pololeado.

Osvaldo me mira con expresión de extrañeza y luego enfoca su vista hacia delante. Tiene los ojos rojos y caídos. Somos unos verdaderos lotófagos (1).

-Aunque hay una mina, que aún no puedo olvidar y lo mas raro es que estuvimos poco tiempo juntos. Un par de semanas…
-Si po compadrito, hay unas que te marcan para siempre.¿Era la primera cierto?
-Si.
-Las fatales…


Todo comienza a volverse mas lento a lo normal. “Peligro 400 mts”.

-T i e n e s m a t a c o la.
-N o, n o t e n g o.





Agarro la cola y trato de dar una pitada sin quemar mis labios. Esta muy apretada. No prende. La dejo sobre el cenicero del auto. Reviso mi celular, Sin señal. El cielo esta cubierto de estrellas. También algunas constelaciones. Logro identificar el cinturón de Orión que es fácil de ubicar por que es al mismo tiempo las tres marías. Trato de descifrar bien la figura. La cabeza es enana. Esta formada por una sola estrella.



- Es difícil cumplir en una relación- resopla su pelo que le cae hasta las cejas- Yo ando con una lolita, mas chica que yo. Unos diez años mas o menos. Tiene 25. Es raro y todo por que tenemos intereses distintos, ritmos y frecuencias, ¿como es la palabra?…. incongruentes.
- ¿Que onda? ¿es muy buena para carretear?
- Si, demasiado, yo ahora ando más tranquilo pue. Ya estoy mas viejo también.- dice, alargando las palabras con tono rural.
- Claro.
- Aparte eso mismo, de ir a tanta fiesta y chuchoca junta me ha echo fijarme en otras chiquillas. Imagínate que tengo que salir con ella siempre y tiene unas amigas que están, guachitas. Mijitas ricas- se besa sus dedos como si estuviere alabando el plato de comida más rico del mundo.
- Nice
- ¿Sabes cual es la parte en donde se dilucida la posibilidad de atraque en una fiesta, cabrito?
- No ¿cual?
- Cuando se hace un brindis en un grupo grande. Si alguna mina choca tu vaso y te queda mirando a los ojos es por que quiere hueveo. Tienes que estar atento a ese momento especial, es crucial.


Tengo sed. Mucha sed. Siento la saliva bajar mas espesa… Desconfío un poco de Osvaldo. Creo que en cualquier momento puede cerrar los ojos, perder el control y chocar. Los camiones que pasan al lado me ponen muy nervioso. Los centímetros que nos separan de la muerte son mínimos. Una sutil equivocación y todo se va a la mierda.
Veo que esta cansado, lleva un día entero manejando.
Un camión pasa muy cerca de nosotros. Algo me dice que este tipo tiene problemas. Tal vez es un suicida en potencia que esta harto de la vida y quiere acabarla ahora mismo. La sed es amenazante. No hay nada para beber, estamos en medio del desierto.
En el lugar más sabio del mundo. El lugar que a vivido todos los climas de la historia de la tierra. El mas viejo y con mas experiencia.
Veo la carretera avanzar en frente mío, parece eterna.




Pasa El TIEMPO.







-La vida, amigo, la vida… A veces tan malgastada. Yo tengo un amigo que me encontré el otro día en la calle y le pregunte como estaba y el me dijo aquí po, así mismo, con ese lánguido tono, aquí po, como si no le quedara nada de voluntad y motivación por salir adelante y lo recuerdo, como si fuera ayer, me dio tanta pena pero después llegue a la conclusión, que esta así por que es masoquista.
-Si, hay gente que esta perdiendo completamente el tiempo.
-Claro, el tiempo! tan valioso, hombre!!!
-Si, lo mas grande

Miro hacia fuera y veo nubes cubriendo las estrellas. Se está nublando.



-¿Ha escuchado eso que dicen de la gente que comprende el tiempo?- pregunto.
-No, nunca ¿que es eso?
-Bueno, es darse cuenta que lo mas importante en la vida y donde se construye todo camino es en el presente. Es darse cuenta que estamos vivos!!! Que existimos, dar gracias por ello. Yo creo que últimamente lo he estado comprendiendo un montón.





Caen gotas encimas del parabrisas, chispea. Clap, clap, clap, clap.



- Claro, la vida hay que aprovecharla. Disfrutar cada momento.
- Es como estar en el camino-digo
- …
- Es ir avanzando

Afuera, llueve fuerte, torrencial




- Ir avanzando hacia delante, sin dejarse vencer por las posibilidades negativas que puede deparar el futuro.
- …
- Me refiero a que no hay que limitarse por cosas que no sabemos. Uno Conoce cuando lo hace. Si no te atreves nunca sabrás lo que perdiste, en cambio si lo haces y no funciona…
- ¿Sabrás lo que te perdiste?
- Algo así, algo así.


Escucho un fuerte estruendo como el grito de un demonio. Un trueno que retumba, furiosamente. Veo un rayo que cae en algún lugar perdido en el horizonte y ilumina la noche oscura.

- La vida es como el camino que vamos avanzado sobre un auto-indico la carretera- Es la mejor metáfora para definirla. Dejando el pasado atrás y avanzado desde el presente hacia el futuro, con control del volante.

Osvaldo me mira fijamente por unos segundos con las manos aferradas al volante que conduce por la pista que no ve.

- Lo importante es no perder el rumbo- dice.


¿Dónde están todos?

Miro hacia fuera y la lluvia cesó

Imagino a mis amigos, sus caras y se me presentan difusas… ¿Que día es hoy, hace cuanto tiempo estoy metido en este auto? Mi piel se estremece al solo pensarlo o Al pensarlo mi piel se A b S orve, o se estremece.

Miro para afuera y veo el desierto…



El auto no deja de avanzar, la noche no llega al día, las estrellas en lo alto del cielo parpadean, la luna sigue perfectamente un cuarto menguante…Miro hacia el espejo retrovisor lateral y veo mi cara llena de arrugas, me inclino un poco mas adelante y noto mi pelo café ondulado, repleto en canas.

¿Se llamará Osvaldo mi conductor o Pedro o Juan o diego o Alberto o Francisco o Pedro o Diego o John o Pedro o Reinaldo o Flavio o Sergio o Dean Moriarty?…No lo recuerdo, tal vez me bajé hace mucho tiempo del auto y no me di cuenta.

“This is the end”- suena en algun lugar de mi cabeza.

-Gran banda The Doors
-¿Que es eso?- responde


El auto sigue avanzando, con las ruedas del lado izquierdo pegadas a la cinta blanca de esta carretera infinita…








1) Lotófagos: Personajes de la novela “La odisea” de Homero. Son personas que al consumir la flor del loto se vuelven adictos a ella. Sus efectos son, olvidarse del pasado y de los proyectos del porvenir.