sábado, 3 de abril de 2010

La mansión Japonesa

La mansión Japonesa


*Este es un breve extracto de un proyecto que tengo pensado concretar a futuro. Espero que les agrade*


Me voy a echar a una de las sillas plásticas que se encuentran alrededor de la piscina y miro el entorno. De repente, de un momento a otro con su traje baño todo mojado y botándome gotas en la cara llega Baltazar y me dice que lo acompañe a fumarse un pito con los cabros. Le sonrío y muevo la cabeza lentamente simbolizando un si.
Caminamos por entremedio de la selva alrededor de gruesas ramas verdes que obstaculizan nuestro deseo. De pronto, nos topamos con un lugar que se ve ameno para la situación, nos sentamos en un tronco que esta en el piso y vemos como de algunos hoyitos comienzan a salir gusanos transparentes. Nos decidimos parar, sin dejarnos de asombrar por lo bizarra que resulta esta escena. Baltazar saca el caño y le hace una sutil veneración con la cabeza. Es uno de los caños más grandes que he visto en mi vida. Según Baltazar, la situación lo amerita. Yo igual le creo. Balta dice que esta manito esta de lujo y que se la consiguió con el “loco Deivis” que es uno de los dealer que tiene las mejores cepas de la ciudad de Santiago. Una vez, el loco deivis me dio unas fumadas de un tipo de marihuana llamado bubblegum y recuerdo que me transforme en otra persona o tal vez era la misma pero sin un súper yo o represión presente.
Se escucha el sonido de extrañas aves que merodean aéreamente el lugar, buscando la presa perfecta para atacar.
Balta prende el pito y le pega unas apasionadas quemadas. Sale un aroma sublime. Lo pasa a Julián y este como siempre antes de concretar la primera fumada comienza a hablar ridiculeces que nadie quiere escuchar.


-Esta re bueno. El lugar esta increíble, pareciese que esta selva nos quisiera comer vivos.- menciona, Julián que se encuentra en traje baño y con su largo pelo mojado.


Es mi turno, fumo dos pitadas grandes y se lo paso al siguiente respetando el orden del juego.


Escucho como el sonido de las aves se comienza a hacer cada vez más agresivo.

- ¿Como les cayeron los tipos que los trajeron hacia acá?- preguntaba el Balta a todos los presentes.
- Bien igual- respondía Julián- cacha que en un momento paramos en un bar que se encontraba en un pueblito que no recuerdo el nombre y onda nos sentamos en la barra y nos pedimos cinco litros de cervezas para 3 hombres.
- No puede ser- le refutaba yo- si los tipos estaban trabajando y tenían prohibido beber alcohol en su jornada laboral.
- A veces se pueden romper las reglas querido Adán.- mencionaba balta
- Si y eso no es todo- continuaba, Julián- después de tomarnos las chelas en ese rustico bar de madera con producción mediocre, una de las tipas que se encontraba atendiendo, fue hacia el karaoke- tosía y pasaba el pito a balta- y programó esa canción calentona de Barry White, se acercó a mi, me tomó de la cintura y me llevó hacia una pieza oscura que se encontraba cerca de la barra.
- No hueon no puede ser ¿y que onda?
- Nos metimos a la pieza y la mina que estaba bastante digna, se me acercó y me paso sus suaves labios por el cuello.
- ¿Y que pasó, que pasó hueon!!!!?

Tengo un mal presentimiento, las mismas aves carnívoras que escuchaba hace un rato, están posadas encimas de las gruesas ramas de este caleidoscópico árbol.

- Se agachó, me desabrochó el cinturón, el botón, me bajó los pantalones…

Todos miraban y escuchaban atentos a Julián excepto yo que seguía preocupado de las aves que ahora me miraban fijamente a los ojos.

- Nada- comenzaba a reír- todo esto a sido una maldita puta mentira
- Que! no te lo puedo creer si me la creí toda hueon!!!- decía Balta con el pito en la mano mientras miraba asombrado a Julián- deberías ser actor no se que mierda haces estudiando Química farmacéutica.
- Si ya me lo han dicho antes- Respondía, mientras gestualmente le pedía el caño a Balta.
Los movimientos se vuelven cada vez más torpes y escucho que Balta en cámara lenta se ríe mirando hacia el suelo.
- E l t i e m p o e s c o m o e l f u e g o q u e m e q u e m a p e r o yo s o ye l f u e g o- decía Pascal alargando las palabras que se volvían cada vez mas difusas y pausadas.
- T e n g o h a m b r e
- E s t a o s c u r e c i e n d o
- ¿ A l g u i e n t i e n e h o r a?


El pájaro no me ha sacado los ojos de encima, me esta dando miedo, temo cualquier movimiento que puedan emitir sus alas.


-T e n g o l a g a r g a n t a s e c a.


El ruido de grillos se hacia insoportable, era como si cada especie que habitara en este recóndito lugar tuviere el deseo de despedazarnos y comernos en pequeños trocitos de carne.
El ave aún me mira fijamente a los ojos, esta decidido a quedarse estático ahí, planeando el momento perfecto para atacarme y llevarme al infierno.
Los presentes tienen los ojos bastantes rojos, lastima que nadie trajo las gotitas.



Felipe Barría

2 comentarios:

  1. AHAHAHAHHAHAHHAAHAHA
    ta rebuena la historia ! ajjaajajaj
    sige cn esto ! es bastante placentero leer estas anectodas tuyas don felipaqui.

    gomez

    ResponderEliminar
  2. El CAFICHON
    Y HUEA
    APOYO TU "ARTE"
    ADIOS!

    ResponderEliminar